El primero de abril de 2013 se inicia en la Universidad de Guadalajara una nueva administración rectoral. Este cambio de autoridades se ubica en un contexto en el que la Universidad se encuentra en un proceso para generar nuevas rutas, lineamientos y sobre todo políticas académicas que renueven el tejido educativo que prevalece hoy en día en los centros universitarios y en el sistema de educación media superior. Esta renovación no es nada más con respecto a las funciones sustantivas, sino lo fundamental, se refiere a la gestión institucional, a la gestión directiva, lo que exige, de inicio, una renovación de los sujetos que han prevalecido en los últimos años como los titulares de los principales espacios de gobierno mediante un sistema de enroques utilitarios para una forma de gobernanza instituido. Si bien este es un tema escabroso, asusente del debate académico y que por lo general son temas que no se tocan, sería una omisión por parte de los académicos no dialogar sobre la necesaria transición hacia una Universidad participativa y comprometida desde adentro. No reconocer la necesidad de una renovación en la forma de hacer gestión, como una de las variables a intervenir para lograr la reconfiguración de los ambientes institucionales rumbo a una universidad abierta, educadora, internacional, reconocida por la sociedad jalisciense, sería contradictorio con las exigencias de una ciudadanía que reclama claridad de las instituciones que ejercen recursos del erario nacional, como lo son las universidades públicas. La obligación de los universitarios es aspirar y construir una universidad que genere capacidad socioeducativa de todos sus actores, con una fuerte vinculación con el entorno y ligada a las grandes necesidades nacionales. Una Universidad involucrada en una cruzada por su pertinencia y calidad y con una perspectiva Iberoamericana; que haga suya la inclusión como categoría transversal en sus procesos de ingreso y permanencia de sus estudiantes, en todos y cada uno de los programas educativos.
Algunos puntos sobre los cuales deberá establecerse una posible agenda para el período rectoral (2013-2019) son los siguientes:
1.- Fortalecimiento de sus finanzas desde diferentes fuentes para lograr el incremento de su cobertura con calidad y equidad.
2.- Repensar el modelo académico desde una lógica interdisciplinar y transdisciplinar para generar nuevas ofertas educativas acordes con la generación de los conocimientos de frontera en los diferentes campos científicos y profesionales, así como en los nuevos modos de hacer ciencia. Esto implica desestructurar la vida departamental de corte disciplinar y monoprofesional que prevalecen sobre todo en los centros regionales.
3.- Reconfigurar en un sistema integral los servicios académicos como un apoyo significativo en la formación del estudiantado, que les permita construir capacidad educativa en el marco de un modelo de egresado con capacidades cognoscitivas, procedimentales y actitudinales de carácter anticipatorio y de construcción de proyectos para toda la vida.
4.- Relanzar la vida colegiada y colaborativa de los órganos de gobierno, entidades académicas desde una posición de respeto al debate, diálogo y construcción horizontal de los proyectos institucionales, lo que implicaría la congruencia entre los que se vive en la Universidad, en sus formas de trabajo, con lo que la sociedad mexicana demanda: participación con respeto.
5.- Fortalecer las funciones sustantivas de docencia e investigación a partir de establecer a la evaluación e innovación como procesos que modifiquen los métodos actuales para la formación y la generación de conocimiento nuevo.
6.- Diseñar proyectos estratégicos en cada uno de los centros universitarios alineados a las grandes necesidades de los jaliscienses y operacionalizados mediante programas educativos alternativos, procesos de investigación, que respondan a las diversas problemáticas sociales, económicas y culturales y desarrollar un nuevo paradigma sobre la extensión universitaria que recupere los saberes populares y las nuevas expresiones artísticas.
7.- Diseñar un modelo educativo para la educación virtual que promueva la utilización de las tecnologías de la información como un programa institucional estratégico para que un mayor número de jaliscienses acceda a estudios de educación media superior y superior.
8.- Democratizar la vida sindical de académicos y administrativos en el marco de los principios universales de respeto y debate correspondientes a los temas laborales, alineados a la misión y visión de la Universidad
9.- Revisar la normatividad universitaria como mediación para favorecer el desarrollo institucional y toma de decisiones de manera pronta y expedita, lo que implicaría la necesidad de nombrar formalmente un abogado por centro universitario y en el sistema de educación media superior, con un perfil jurídico expertos en derecho administrativo.
10.- Establecer la figura del Ombudsman Universitario en el que participen para su elección, representantes de la sociedad civil a través de organismos no gubernamentales.
Las ideas anteriores tienen la intención, en efecto, de generar el debate sobre los retos y expectativas de la Universidad de Guadalajara en transición hacia un nueva gestión rectoral.
6.- Diseñar proyectos estratégicos en cada uno de los centros universitarios alineados a las grandes necesidades de los jaliscienses y operacionalizados mediante programas educativos alternativos, procesos de investigación, que respondan a las diversas problemáticas sociales, económicas y culturales y desarrollar un nuevo paradigma sobre la extensión universitaria que recupere los saberes populares y las nuevas expresiones artísticas.
7.- Diseñar un modelo educativo para la educación virtual que promueva la utilización de las tecnologías de la información como un programa institucional estratégico para que un mayor número de jaliscienses acceda a estudios de educación media superior y superior.
8.- Democratizar la vida sindical de académicos y administrativos en el marco de los principios universales de respeto y debate correspondientes a los temas laborales, alineados a la misión y visión de la Universidad
9.- Revisar la normatividad universitaria como mediación para favorecer el desarrollo institucional y toma de decisiones de manera pronta y expedita, lo que implicaría la necesidad de nombrar formalmente un abogado por centro universitario y en el sistema de educación media superior, con un perfil jurídico expertos en derecho administrativo.
10.- Establecer la figura del Ombudsman Universitario en el que participen para su elección, representantes de la sociedad civil a través de organismos no gubernamentales.
Las ideas anteriores tienen la intención, en efecto, de generar el debate sobre los retos y expectativas de la Universidad de Guadalajara en transición hacia un nueva gestión rectoral.