jueves, 31 de diciembre de 2020

 ¿Qué aprendí este año en tiempos de pandemia?

Un bosquejo

1.- Que los microorganismos patógenos son los que ejercen la hegemonía en el universo. El ser humano es un colono más.

2.- Somos un momento en el aquí y el ahora. Tan lejos y cerca de la vida y la muerte. Tan vulnerables e indefensos frente a agentes infecciosos microscópicos capaces de derrumbar sistemas sociales, políticos, económicos, educativos y de salud.

3.- La necesidad de reencontrar nuevos modelos, nuevas explicaciones de realidades que han tendido líneas de incertidumbre, desde los ámbitos íntimos cotidianos hasta el rol que jugamos en los espacios productivos - sociales.

4.- Falta fortalecer los valores universales para la convivencia humana. La educación requiere, desde esta visión, un replanteamiento profundo y significativo para formar un nuevo tipo de persona.

5.- El valor de las personas de tu círculo íntimo. Son el primer frente de las batallas de vida. Aparece el amor como el medio que le da sentido a la razón de ser de mi círculo.

6.- Identificamos nuestras debilidades y ausencias sobre las tecnologías y la realidad virtual. Tomamos decisiones para lo urgente y el futuro.

7.- Los profesionales de la educación encontramos nuevos contextos, protocolos, plataformas, proyectos y formas para comprender el fenómeno educativo. Repensamos nuestra práctica educativa y la práctica formativa del estudiantado.

8.- Repensamos nuestra viabiliad en el mundo de la universidad. ¿educar para qué?

9.- Las relaciones comunicativas deberán replantearse para generar y catapultar el talento humano

10.- Comprendí el significado de la pérdida. Amigos que ya no están, retiros forzados que tuve que asumir, desprendimientos de lo más querido, el descubrir que hay otros intereses y no eres el centro, en suma, establecer nuevos pactos sociales desde la familia, a valorar el tiempo y los impactos de nuestras accciones.


P.D. 2021 año de la esperanza, de la incertidumbre. Te esteré esperando con más fortalezas y menos debilidadades. Te espero también con ansia para seguir aprendiendo a vivir.



viernes, 7 de agosto de 2020

LOS RETOS QUE IMPONE EL COVID -19 PARA EL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO: 10 TESIS PARA LA RECONFIGURACIÓN DE LA ESCUELA

A casi seis meses del primer deceso por Covid 19 en México y con una cantidad de mas de 50 mil fallecimientos rumbo a la segunda semana del mes de agosto derivado, hay que señalarlo, de una estrategia carente de liderazgo y de una ausencia de políticas gubernamentales transversales y por regiones para hacer frente a esta pandemia, el gobierno federal ha establecido los criterios para iniciar el ciclo escolar 2020 -2021. Una decisión en donde se privilegia el acuerdo con las televisoras privadas y estatales como la columna vertebral del modelo pedagógico que se instrumentará para el sistema educativo mexicano,  tanto para la educación básica como para la educación media superior. Se ha decidido por la información más que por la educación.
En el contexto de esta pandemia, donde priva la incertidumbre ciudadana, no es tan mecánico el proceso para la movilización de millones de estudiantes en un país marcado por diferencias en los datos, respecto a los contagios, número de contagiados y capacidad hospitalaria, así como de las brechas estructurales de la sociedad mexicana en relación a los niveles de pobreza, acceso a los servicios básicos y dispersión geográfica. En efecto, se trata de reconocer que, para iniciar el ciclo escolar se requiere una verdadera reingeniería educativa, creatividad e innovación, categorías presentes en la historia de la práctica educativa en México, pero que hoy demanda de la recuperación de la experiencia de miles de profesoras y profesores, como de directivos,  quienes han estado lamentablemente al margen de las decisiones para este ciclo que está por iniciar. 
Si se trata de movilizar a la sociedad mexicana, es exigible una planeación estructural fincada en la realidad tan diversa, que debe ser incluyente y desde una perspectiva ética, reconociéndose como eje fundamental la diversidad y la promoción de nuevos saberes y valores sobre el autocuidado y la formación a distancia, asistida por diversas mediaciones o canales para la interacción con el alumnado mexicano. 
A continuación presento 10 tesis sobre las cuales se puede reconfigurar una ruta de navegación para la implementación del ciclo escolar, con énfasis en los aprendizajes y formación del alumnado como el centro del proceso educativo.
1a Tesis.-
La pandemia en México ha generado nuevas formas y condiciones en la vida cotidiana de la sociedad por lo que se requieren estudios sociológicos que expliquen las nuevas realidades del sujeto, familia y comunidad. 
Esta tesis sugiere que los organismos federales y estatales de ciencia y tecnología, universidades públicas y privadas, entidades de la sociedad civil, ya estuvieran volcados, mediante convocatorias de investigación, para develar los retos de las nuevas configuraciones sociales y las condiciones de lo que hoy se considera: ser familia o vivir en comunidad y en confinamiento. Esto representa un primer acercamiento a las nuevas realidades en donde las necesidades y los derechos de las personas tendrán que transitar en los  caminos que ha dejado la pandemia como acción inesperada y disruptiva, que trastocó el tejido social y las lógicas de una normalidad social que ya no va a ser como antes de la pandemia. Los resultados de estos estudios nos aportarían repuestas a preguntas tales como: ¿quiénes somos?, ¿dónde estamos?, ¿que tenemos?; ¿qué queremos?; ¿a dónde vamos?, ¿cómo configuro mi vida cotidiana? ¿cuáles son los retos inmediatos y futuros?. En efecto, se trata de develar las nuevas condiciones y situaciones estructurales que nos hacen ser familia y nos han embarcado en un nuevo saber convivir. Resultados que serían fundamentales para la formulación de nuevas políticas públicas.
2a Tesis.-
El inicio del ciclo escolar debe enmarcarse en el contexto de una crisis, de salud, económica y psicosocial. 
Esto significa que la movilización de todos los actores sociales implicados en la tarea educativa como de los recursos necesarios para atender  la desigualdad de oportunidades y acceso a los medios de comunicación, representan una prioridad, que no se negocia. Si la educación es un derecho universal y por lo tanto de las y los mexicanos, entonces ese sería el centro en la toma de las decisiones.  En esta línea se ubica el llamado a todos los sectores y actores económicos y sociales para unirse a la cruzada de aportar talentos y condiciones materiales para hacer posible los procesos educativos en todos los ámbitos geográficos, factor que está ausente en la propuesta de inicio del ciclo escolar. 
3a Tesis.-
El acto de educar en tiempos de pandemia debe conceptualizarse y resignificarse como un proceso humanista, integrador, totalizador, multiámbito, diverso, multitareas, mediacional y soportado en las tecnologías de la información y comunicación.
Asistimos a una versión más amplia y no menos compleja sobre el proceso educativo. No se reduce a la relación unidireccional entre un emisor y un receptor y en medio el mensaje. Este es el proceso que desde el medievo se desarrolla cuando la escuela llegó a organizarse en claustros en donde el centro lo representaba el maestro, el artesano y el alumno era el aprendiz. Hoy nos ocupa repensar tres conceptos centrales, el rol del profesorado, el papel del alumnado, el sentido de los contenidos de aprendizaje, el propósito de los aprendizajes y la intencionalidad de educar, (¿porqué? y ¿para qué?). Para el ciclo escolar por iniciar se privilegia una estrategia de carácter técnico e instrumental.
4a Tesis.-
Las modalidades para los aprendizajes deben establecer los lineamientos, para que los docentes planfiquen acciones de caracter híbrido en donde la modalidad a distancia asistida por medios de comunicación electrónicos y digitales, será la que se privilegie pero no cancela la posibilidad, bajo condiciones de vigilancia sanitaria, de otras situaciones para el aprendizaje que deben incorporarse en el modelo pedagógico en transición.
La propuesta sustentada en la construcción de aprendizajes mediante diversas formas que puede asumir la práctica docente, representa la oportunidad para superar, en tiempos de crisis por pandemia, la escolarización por antonomasia. Ya encarrilados en la posibilidad estructural para crear las condiciones materiales para acercar los bienes educativos, sobre todo a los dos últimos quintiles en condiciones de pobreza y de extrema pobreza, se deberá implementar un sistema educativo incluyente  y equitativo. La tarea institucional no se debe reducir a la transmisión de los contenidos educativos por las televisoras privadas y estatales, debe representar, también, la oportunidad para hacer realidad la infraestructura para todo el país como lo es, entre otros, la inversión para dotar de internet de banda ancha a los territorios que carecen de esta herramienta. Esta tarea requiere una gestión profunda mediante convenios con los principales proveedores de estos servicios tanto nacionales como internacionales.    
5a Tesis.-
La tutoría personalizada, presencial y asistida por las tecnologías y los círculos de estudio son herramientas significativas para una estrategia para el fomento de los aprendizajes del alumnado en los diferentes niveles educativos.
La comunicación efectiva entre el profesorado y el alumnado no se puede perder, aún a pesar de las condiciones de confinamiento que ha ocasionado la pandemia. Es evidente que la escuela mexicana no estaba preparada para un cambio estructural en las formas y procesos educativos, marcados por la tradición, acciones estructuradas o instituidas de años y que rayaban en la repetición y mecanización. Algunas de estas actividades se ubicaban en los tiempos y movimientos, en la organización escolar, las formas de actuación y el ambiente escolar, por lo general, altamente reglamentado. Sin embargo, la escuela no volverá a ser la misma despúes de esta contingencia mundial.  En este contexto, se tienen que visibilizar nuevas formas para la interacción y comunicación entre profesoras y profesores con las y los alumnos, con los padres y madres de familia, así como entre los directivos y el profesorado. La imaginación y creatividad del magisterio para configurar una estrategia es fundamental para que en los planes de clase se integren, no nada más, los contenidos sino la forma en que se desarrollarán los procesos para el aprendizaje y el fortalecimiento de valores tales como: saber convivir, el respeto muto, la prudencia, la inclusión, la diversidad, la cultura de paz. En este marco, cobran relevancia los círculos de estudio como los espacios de interacción entre profesoras y profesores con el estudiantado en el que se dialoga, se retroalimenta, se orienta, se dan pautas, se autoevalua, para el logro de los aprendizajes.
6a Tesis.-
Involucrar en una estrategia en tiempos de crisis a las y los jubilados, conformando brigadas multidisciplinarias para atender, comunidades de alta marginación, representa una ruta viable para el estudiantado mexicano.
El reto de una estrategia para recrear y redescubrir los contenidos de aprendizaje al alumnado de educación básica que ha planteado la Secretaria de Educación Pública, exige acudir y asistir sobre todo a los alumnos y alumnas de los lugares más alejados y por lo general en desventaja estructural. Hay comunidades de alta marginación en donde no hay energía eléctrica, mucho menos aparatos de televisión. Habrá que invertir para que el magisterio adscrito a las comunidades tengan y dispongan de una diversidad de recursos y materiales para interactuar, con estricta atención a las normas de salud para el autocuidado. Este proceso sería de manera presencial y a distancia con materiales autoinstruccionales. La movilización de jubilados sería voluntaria y se aprovecharía, además del talento, el trato mediante círculos de estudio. Esta tarea se realizaría en los ámbitos geográficos de los domicilios del magisterio jubilado. No nada más sería presencial, sino con la utilización de las diversas herramientas tecnológicas.
7a Tesis.-
La actualización y capacitación del magisterio se alzaría como una de las políticas eje para una educación a distancia, sobre todo en la modalidad mixta o híbrida, por lo que en esta estrategia se solicitaría el involucramiento de las instituciones de educación superior con experiencia en la formación de docentes.
Si bien es cierto que la llegada de la pandemia removió las estructuras del sistema educativo mexicano, desde la educación básica hasta la educación superior tanto de pregrado como de posgrado, también lo es el hecho de que, de manera urgente, se requiere identificar la expertiz institucional y los talentos para iniciar acciones de formación docente en los nuevos retos que enfrentan las maestras y los maestros de México. No es cosa menor, se trata de viabilizar el acto de educar asumiendo como variables intervinientes la desigualdad, diversidad y dispersión territorial del alumnado. Es una gran cruzada que requiere voluntad política y en donde los municipios son relevantes para ubicar y acercar a los niños y niñas a su formación elemental. Las universidades e instituciones de educación superior ya hacen lo propio, pero tadvía es insuficiente. La meta, involucrar al magisterio de los diferentes niveles educativos a una educación continua, frente a los nuevos paradigmas para educar en los próximos años. La escuela como la conocíamos, ha quedado atrás.
8a Tesis.-
El regreso a un nueva normalidad exige para el sistema educativo configurar un estrategia nacional para el seguimiento y retención del alumnado de todos los niveles educativos registrados antes de la pandemia.
Diversos estudios consideran que habrá un abandono escolar altamente significativo, principalmente en los tránsitos de la secundaria a la preparatoria y a la licenciatura, amén de los que por razones económicas y familiares, desertarán para atender las necesidades básicas de subsistencia.
El impacto de la pandemia en las familias mexicanas se ubica en las dimensiones tanto de la salud y económicas. La pérdida del empleo y por lo tanto, las necesidades para la subsistencia se han registrado ampliamente por organismos gubernamentales como por entidades de la sociedad civil. Se ha establecido que en el caso de México hemos regresado a los niveles de ingresos de hace 10 años. Aunado a esto, la carencia de una política generalizada para apoyar las fuentes de empleo, con la equívoca idea de no rescatar a empresarios, y de la ausencia de un ejercicio distributivo de recursos fiscales a las familias para hacer frente, de por lo menos 4 a 6 meses, que se considera es el tiempo más álgido de la pandemia,  ha representado uno de los principales errores de la actual administración federal. Se ha ideologizado y politizado la posibilidad de viabilizar el aparato productivo de este País, por lo que se asiste a una inmovilidad en la gestión política gubernamental y de un silencio inexplicable, perverso y de cómplices, de los actores políticos con posibilidades de hacer que las cosas sucedan. Parece que se le tiene un gran temor al garrote vil del ejecutivo quien lanza permanentemente amenazas veladas a aquellos que no coinciden o son críticos a las acciones de gobierno. Esta lógica también se observa en los actores políticos del sistema educativo mexicano sin desconocer una débil respuesta por parte de los gobiernos de los estados de la República. 
En síntesis, se requiere diseñar el programa nacional para el seguimiento, retención e incremento de la eficiencia terminal en el sistema educativo mexicano. Asumiría las particularidades en cada una de las entidades de acuerdo a sus realidades socionaturales y tendría recursos federales etiquetados para tal fin.
9a Tesis.-
El impulso a la investigación educativa sobre los principales campos problemáticos emergentes en el sistema educativo nacional, derivado de la pandemia, repesenta una prioridad con el surgimiento de una nueva escuela y con la participación del profesorado como de directivos, lo que generará nuevas explicaciones, argumentos, así como la comprensión de las nuevas categorías de la realidad que se viva a partir del nuevo ciclo escolar.
La Secretaría de Educación Pública deberá plantear una amplia convocatoria para fomentar la investigación sobre los nuevos escenarios, entornos y situaciones que se vivirán a partir del ciclo escolar 2020 - 2021. La función de la investigación aportará, durante la implementación de la nueva estrategia y de los criterios para el trabajo educativo, argumentos teóricos y metodológicos, para la toma de decisiones. En todos los casos, el profesorado deberá estar involucrado como sujetos y objetos de la investigación educativa. Algunos campos problemáticos sobre los cuales se pueden elaborar los proyectos de investigación son: débil integración y ausencia de saberes del profesorado sobre la educación a distancia; falta de diseño de políticas públicas para atender la nueva normalidad educativa y al estudiantado como el centro del proceso; baja o nula participación del profesorado en el diseño de las estrategias para la nueva normalidad eductiva; graves diferencias nacionales respecto a las condiciones  materiales para educar; débil profesionalización docente y de directivos para la educación a distancia y formación híbrida.
10a  Tesis.-
La nueva normalidad educativa requiere un modelo pedagógico en donde se consideren los constitutivos para hacer educación, en el que su diseño debe realizarse mediante una convocatoria abierta, para generar sentido de pertenencia por parte del magisterio.
Un modelo pedagógico es la propuesta y aspiración que contiene los elementos sustanciales o factores que harán posible el cumplimiento de las metas y el logro de las intenciones del tipo de persona que se aspira formar en su contexto y en base a los fines que se persigan. Es el paradigma al que se aspira y orienta las políticas públicas en todo lo que implica el desarrollo educativo.  El nuevo modelo pedagógico contendría los siguientes constitutivos: planteamiento de los fines e intenciones de la educación; el modelo curricular y sus diferentes modalidades educativas; la formulación del rol del alumnado y del profesorado; los medios y procedimientos para educar; los criterios y parámetros para la evaluación; los lineamientos para la comunicación con padres y madres de familia; la caracterización y desarrollo de la infraestructura y equipamiento para el soporte y apoyo de los aprendizajes; la estrategia de vinculación de la escuela con la comunidad y de otros sectores necesarios para su viabilidad y; el programa nacional para la formación y actualización de los docentes. El valor del autoaprendizaje será una de las intenciones que se deberá impulsar y fortalecer en toda la comunidad educativa mexicana.

Finalmente, estas reflexiones o tesis planteadas, requieren de ambientes políticos, sociales e institucioales para arrancar y viabilizarlas. Se trata de la reconfiguración del sistema educativo. Exige crear las condiciones de confianza y dar certidumbre para crear ambientes favorablen para la vida cotidiana del magisterio, que ahora se enfrenta a una de las batallas más importantes y determinantes del siglo XXI, educar en la no presencialidad, cuando la presencialidad viene de hace más de 500 años.






sábado, 11 de abril de 2020

LA NECESARIA TRANSFORMACIÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE UNIVERSITARIA DESPUÉS DE COVID-19

El Sistema Educativo Mexicano no será el mismo después de la pandemia del Coronavirus. Se ha trastocado el paradigma por excelencia para educar, la escolarización. Esto genera nuevos escenarios optimistas puesto que se acelerará la instalación, por fin, de otras modalidades educativas en la vida cotidiana de las actividades docentes e institucionales, que serán sumamente importantes en el marco de su integración para crear nuevos ambientes para el aprendizaje. En las universidades no es la excepción.

En el mundo educativo existen diferentes modalidades institucionalizadas en los niveles educativos y programas para generar aprendizajes: escolarizado, semiescolarizado, a distancia, abierta, en línea e intensiva. Cada una de esta formas también suelen combinarse, lo que representa diversas posibiliades que tiene el estudiantado para acceder y redescubrir saberes cognoscitivos, procedimentales y actitudinales. 

En el caso mexicano estas modalidades se empiezan a formalizar en las universidades, desde los años setentas, con la creación de los sistemas abiertos y a distancia. En dicha década, se denominó como educación no convencional o no formal e inició en la Universidad Nacional Autónoma de México (1972), el Instituto Politécnico Nacional (1974), la Dirección General de Institutos Tecnológicos (1974), la Universidad Pedagógica Nacional (1978),  y la Universidad Veracruzana (1980).

El debate se centra alrededor de una pregunta: ¿Qué oportunidades deja la contingencia para el desarrollo académico de las universidades, desde la perspectiva de otras modalidades no escolarizadas y en la idea de diversificar el acto de educar?

Se intentarán algunas respuestas desde la argumentación de dos supuestos, bajo la circunstancias de una contingencia disruptiva que aleja al estudiantado de los centros educativos.

1.- El profesorado universitario no termina de incorporar a sus prácticas docentes otras posibilidades educativas o herramientas tecnológicas que le permita, en estas circunstancias, crear y diversificar la construcción de aprendizajes y modelar ambientes para el logro de saberes que garanticen procesos de mayor conocimiento en el estudiantado. 

2.- Las universidades mexicanas, siguen en su mayoría, ancladas al sistema escolarizado como la modalidad educativa por excelencia. No han establecido en sus prioridades y diseñado políticas académicas que impliquen la movilidad e innovación de la práctica docente universitaria, de tal manera que los planes de clase puedan configurarse de acuerdo al perfil del estudiantado y mediante diversas modalidades educativas. Además, se ha identificado la incorporación de las unidades o sistemas de educación virtual o a distancia en la estructura organizacional, no desde la transversalidad formativa de los programas educativos, sino como entidades separadas estructuralmente de las escuelas, facultades o centros univesitarios en las propias universidades. 

En el primer supuesto se pueden advertir, todavía, las brechas que existen en el profesorado universitario respecto a la forma en que se concibe como docente, el rol que le asigna al estudiantado y la forma unívoca para hacer educación, en donde él o ella son los privilegiados para los montajes del proceso de aprendizaje en el aula. La paradoja es que mientras se avanza en el reconocimiento de que la diversificación de las mediaciones para el aprendizaje, representan la oportunidad para enriquecer los caminos para la construcción de saberes, la verbalización del acto docente, sigue como el medio privilegiado para la exposición de la información o de contenidos de aprendizaje, mediante la comunicación unidireccional, lo que no garantiza necesariamente, saberes  fundamentales para el logro académico del estudiantado.

Se tendrán que valorar los resultados de las políticas nacionales como el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP) y las específicas en cada universidad respecto a las acciones de formación y actualización docente en los últimos 10 años, que permita visualizar los impactos o resultados en la mejora del profesorado y de sus actividades docentes. Hay una riqueza, sin duda, en la formación y actualización docente sobre el campo de las tecnologías de la información y comunicación, sin embargo, se tiene una distancia importante respecto a su incorporación cotidiana en la planificación e implementación de las actividades docentes. Es decir, no ha sido suficiente la incorporación de plataformas tecnológicas o la utilización de dispositivos educativos, mucho menos su reconocimiento, como actividades generalizadas en el magisterio universitario.

Con respecto al segundo supuesto, las universidades deben plantear políticas de gran calado respecto a las nuevas tareas del profesorado universitario, en la función sustantiva de docencia. Lo anterior, en la visión de formar recursos humanos de alto nivel, lo que exige conceptualizar, a profundidad, la docencia como práctica profesional. Algunas de las tareas, no negociables, que enriquecerán la práctica docente universitaria son: dimensionarla en el marco de los programas educativos, como actividad eje de la formación. Lo relevante se ubica en los ejes curriculares de cada programa de licenciatura, maestría o doctorado a partir de los cuales se pueden determinar las líneas de investigación y por lo tanto proyectos específicos para el desarrollo del campo de conocimiento desde una perspectiva inter y transdisciplinar, así como las acciones de vinculación y difusión universitaria. En este marco, la docencia va más allá del acto administrativo de un horario, un lugar, día y el protagonismo del profesor o profesora, como actores principales. Representa la posibilidad de generar una de las intenciones fundamentales del acto de educar: aprender para transformar la realidad. Por lo tanto la docencia no es un acto supeditado a una función específica, puesto que guarda interrelación con la investigación de ida y vuelta, en donde ambas se potencian y comunican para la mejora integral y calidad de la vida académica de la institución.

¿En dónde se ubica el centro neuronal de la docencia como práctica? en la actitud del profesorado para dejar de hacer lo que ha hecho por años, dejar de decir lo que ha dicho y dejar de pensar lo que ha pensado en su perspectiva de ser profesor. Este planteamiento exige un rompimiento de la "comodidad" para hacer docencia, en la figura del cuadrado cuyas medidas se conocen a la perfección. Exige un compromiso para diseñar una nueva ética para el profesorado universitario, respetándose su historia e individualidad, que es la esencia de ser persona. Con estos constitutivos se asume a la docencia con el valor de la responsabilidad social, y absoluto respeto al estudiantado. Surge la movilización para confeccionar un plan de clase sustentable y vivencial, desde una práctica docente procedimental, con valores transversales, significativamente mediacional y diseñada en diversas modalidades educativas. Una práctica docente preparada para la contingencia para la disrupción de la realidad.

Reconocer la gran oportunidad que se tiene respecto a la organización de las actividades docentes para una formación del estudiantado, con valor agregado, es situarse a la altura de los retos que hoy en día se exige a la docencia universitaria; no para la repetición, sino para la anticipación y transformación.