Estimad@s Colegas
Encaminados ya en el 2012. Nuevamente inmersos en las tareas institucionales en donde todo indica que la burocracia sigue pautando nuestro quehacer cotidiano, nos anima la posibilidd de concretar nuevos proyectos, nuevas misiones con los amigos de universidades e instituciones de educación superior de la Región Iberoamericana.
La diversidad de nuestras acciones, las diferentes trincheras desde donde hacemos docencia, investigación y vinculación, nos permite de manera abierta y horizontal seguir pensando que la transformación de la universidad se ubica en la voluntad y valentía para el cambio por parte de los académicos.
Todos estamos convencidos de la necesidad de la innovación con intencionalidad, que sensibilice y mueva conciencias individuales y colectivas. Pero también es cierto que la "piedra" que cargamos en nuestras espaldas, simbolizada en las tensiones que vivimos entre quienes se alinean para mantener el status quo y quienes estamos ciertos que la transformación es inminente, sigue siendo la línea que alimenta la incertidumbre, muchas veces la inmovilidad y la anarquía.
Educar hoy en la universidad no debe ser el espacio "cómodo" individual para que las cosas sigan igual. Educar pasa por un proceso intenso para romper los esquemas institucionales de administrar a la escuela, a la universidad desde los espacios de cristal, de jaulas elegantes llamadas oficinas de los directores o rectores.
Reclama, eso sí, cambios fundamentales sobre los valores para formar para una nueva ciudadanía, la generación de aprendizajes éticos, profundamente comprometidos con las necesidades sociales.
¿Qué universidades e instituciones están convocando, en estos precisos momentos, a esta transformación estructural?
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